El orgullo se siente distinto cuando corres acompañado. Ese amanecer en el Parque Alcalde tenía algo de ritual: éramos una manada de leones estirando músculos, afilando el ánimo, esperando el disparo de salida. El aire olía a otoño y a promesa. Yo miré a mis amigos y pensé: hoy, cada paso inspira.
El sol asomó por la gran fuente justo cuando corrimos los primeros metros. La luz rebotaba en el agua, despertando también a una pequeña familia de patos que observaba el desfile humano. Aquella escena nos dio la bienvenida como si el propio parque... Leer más


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